viernes, 1 de enero de 2016

LA CASA DE LA LOCA

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Apartada de la carretera principal y situada al final de un camino polvoriento, se levanta una antigua casa de dos plantas, hoy abandonada y casi derruida, que se conoce popularmente
como «Casa de la Loca». La antaño bella vivienda se ha convertido hoy en epicentro de una serie de supuestos fenómenos extraños que han captado la atención de investigadores locales
como Francisco del Toro, Ángel Rivero, Jesús Jiménez o José Antonio Gallego.

Todos ellos han dedicado muchas horas a investigar en su interior, obteniendo curiosas psicofonías, quizá relacionadas con el pasado del lugar, al parecer cargado de dramas y tragedias
personales donde hay testigos que afirman de la existencia de supuestos fenómenos paranormales que allí se producen.

Según los testigos, en este edificio se ha registrado la aparición de una señora mayor que se pasea por la planta baja de la vieja casa o que observa semioculta desde una de las
ventanas. En otras ocasiones la «anciana» aparece rodeada de luz y ha sido vista en la segunda planta, pasando de una habitación a otra. Uno de los testigos de estos sucesos fue,
precisamente, el investigador Francisco del Toro:«Aquel día me encontraba en la casa recogiendo audios y tratando de observar cualquier cosa extraña que pudiera producirse.
Entonces, al caer la noche, pude ver en una ventana una forma encorbada, una figura humana allí arriba, donde es imposible que hubiera nadie porque, en primer lugar,no hay escaleras
para subir, y segundo, porque yo sabía perfectamente que no había nadie allí… No sé lo que era aquella forma, pero desde luego la vi perfectamente».

Otros testigos han tenido encuentros similares en el edificio. En cierta ocasión, Manuel F. se encontró con alguien que le observaba desde los restos del mirador.«Era una señora mayor,
vestida con ropa oscura y pelo canoso, que miraba con cara de tristeza»,«Fue cuestión de segundos, pero al llegar al pueblo pregunté y me dijeron que, si había sido en ‘la Casa de
la Loca’, era el fantasma que habita el lugar».

Es posible que la respuesta a todos estos fenómenos se encuentre en la propia historia del edificio y de sus moradores. En Palomares se dice que en esta casa vivía una señora mayor
que sufrió la incomprensión de su propia familia. Según los más viejos del lugar, una joven de acomodada posición se enamoró perdidamente del hijo del guardia de la finca. Era un amor
imposible, ya que no gozaba de la aprobación del padre de la muchacha. A pesar de todo,la joven aprovechaba cualquier ocasión para ver a su amado. Cuando el padre lo descubrió,
obligó al muchacho a alejarse de su hija. Cuando ella se enteró perdió la razón y quedó recluida en la casa, ya que sus padres se sentían avergonzados de la locura de su hija.

Otras versiones, sin embargo, hablan de una enfermedad mental de la mujer, un tipo de mal que en fechas pasadas generaba un halo de rechazo e incomprensión, pero omiten la historia
de amor frustrado.

Curiosamente, en la zona se han obtenido psicofonías en las que una voz apesadumbrada dice:«Estoy muerta» o, agitadamente,«Te espero en el pozo». La inquietante voz podría referirse
a un pozo que está a pocos metros de la casa, cegado por el paso del tiempo y sin que nadie se atreva a examinar su interior para ver si más allá de esa afirmación se ocultan las claves de algún suceso trágico, ya que algunos vecinos aseguran que el cadáver de la mujer no apareció jamás.

Hoy sabemos que Gabriela Ciaurriz –pues así se llamaba– está enterrada en un cementerio de una localidad vecina. Lo que no podemos saber es si parte de sus penas y amarguras siguen manifestándose de alguna forma en la casa que durante tanto tiempo habitó.

Diego Reinares es un redactor del programa de Tele 5 El Buscador de Historias, que pudo vivir en persona los fenómenos que allí se producen. En una noche repleta de sucesos
extraños, Diego pudo escuchar perfectamente unos pasos dados por «algo» invisible y que quedaron registrados por los micrófonos de las cámaras. Por si fuera poco, el periodista
escuchó una voz susurrante de origen desconocido que lo llamó cuando se encontraba en el jardín interior de la casa.

Durante aquella noche de investigación en «la Casa de la Loca» estaban también presentes cuatro jóvenes que acudieron a curiosear. Uno de ellos, Antonio G., sacó varias fotos
extrañas en el interior de la vivienda. Las imágenes fueron enviadas al investigador Josep Guijarro, quien certificó ante las cámaras de televisión que había algo en formación en la
instantánea, de carácter fijo, que no era un objeto lanzado y fotografiado sino que se estaba formando y que, cuando menos, las fotografías resultaban difíciles de explicar.

Fuentes: http://sevillaciudaddeembrujo.blogspot.com.es/
            http://www.canaldelmisterio.com/2015/12/la-casa-de-la-loca/

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