lunes, 9 de enero de 2017

La leyenda del castillo de Glamis






En el castillo de Glamis, en el condado escocés de Angus, se narra la leyenda más diabólica jamás contada. El tercer conde de Stratmore tuvo varios hijos, pero uno de ellos nació deforme, algo no humano


El conde lo encerró en la más lóbrega de sus mazmorras para que nadie lo viera jamás, haciendo tapiar la entrada. Se dice que el ser, para subsistir, llegaba a comerse sus propios brazos.


Sir Patrick Lyon, tercer conde de Strathmore y propietario del Castillo de Glamis, le gustaba contar una anécdota muy peculiar:


Decía el conde que una noche de sábado en la que estaba jugando a las cartas con su amigo el Conde de Crawford, un criado osó advertirle de que se acercaba el sabbath.


Enfadado por la interrupción, el conde Patrick respondió que seguirían jugando y que si el demonio deseaba unirse a ellos sería bien recibido. A medianoche el demonio en persona se presentó en la sala dispuesto a aceptar la invitación.



Jugaron una larga partida en el transcurso de la cual los dos condes perdieron su alma, quedando condenados a pasar en aquella habitación desde el día de su muerte hasta el Juicio Final jugando a las cartas.


Esta historia siempre ponía los pelos de punta al interlocutor del Conde, acrecentando su aura de jugador borracho y disoluto, y, sobre todo, la secular fama del Castillo de Glamis como lugar maldito.











Interiores del castillo de Glamis



Situado en el Valle de Strathmore, en Tayside, Escocia, el Castillo de Glamis pertenece a la familia Lyon desde 1372. La primera noticia de su existencia data de 1034, año en el cual el rey Malcolm II fue asesinado entre sus muros por un grupo de rebeldes. Se dice que mientras huían en medio de la noche, los asesinos se ahogaron en el cercano lago Forfar al quebrarse la superficie helada de este.


Algunos afirman que es con el asesinato del rey cuando comienza la historia sobrenatural del castillo. Otros sitúan su inicio en 1372, con la llegada de la familia Lyon desde Forteviot, pues los Lyon habrían traído con ellos un cáliz acerca del cual se decía que si abandonaba alguna vez Forteviot acarrearía la desgracia sobre la familia.


De ser cierto, la maldición del cáliz tardaría aún 150 años en manifestarse. En 1538 Janet Douglas, Lady Glamis por matrimonio, era injustamente condenada a morir en la hoguera, bajo la acusación de emplear artes brujeriles en contra del rey Jacobo V de Escocia.








El castillo pasó a poder del rey, hasta que a su muerte fue devuelto a los Lyon.


Aseguran que desde entonces el espectro de Lady Glamis es visto con frecuencia por sus pasillos bajo la forma de una “dama blanca” o una “dama gris”.


Pero el de Lady Glamis no es el único fantasma que habita el castillo. También han sido vistos una anciana portando un fardo, un hombre de barba canosa (supuestamente un antiguo prisionero fallecido de hambre en el sótano), un paje negro con ropajes a la manera del siglo XVII, un ser flaco al cual se le llamó Jack el Corredor.


En una ocasión, un huésped vio aparecer una cara pálida y ojerosa al otro lado de la ventana de su habitación. El rostro desapareció como si algo tirase de él, y entonces se escucharon unos chillidos horribles.



Lady Elizabeth Bowes-Lyon-glamis





Otros huéspedes oían unos golpes en las paredes que no les dejaban dormir, y cuentan que esto le sucedió también a lady Elizabeth Bowes-Lyon ( Reina Madre de la actual reina Isabel II de Inglaterra), quien pasó su infancia en el castillo.


En 1957 un trabajador abandonó su trabajo aterrorizado porque todas las noches escuchaba en la habitación contigua a la suya a Sir Patrick y el conde Crawford, los jugadores de cartas, arrojar unos dados, golpear el suelo con los pies y lanzar horribles gritos.


























Fuente:http://www.todomisterios.com/Leyendas-escocesas-de-fantasmas.-Mitos-y-terror-en-Escocia/214

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