Existen muchos registros de fenómenos ovni en distintas culturas y épocas de la historia, el primer testimonio ovni de la antigüedad quedó plasmado en un documento egipcio, conocido como el Papiro Tulli, el cual relata la aparición de una extraña bola de fuego en los cielos y las extrañas consecuencias que ello produjo como una lluvia de peces y aves. Sin embargo, el documento original jamás a sido visto por alguna persona, esto generó gran polémica en la comunidad ufológica respecto a su autenticidad y la veracidad del relato.
El Papiro Tulli mide tan solo 20 por 18 centímetros, está escrito en en grafía hierática, una variante cursiva del jeroglífico convencional. Según los análisis del estilo de escritura del texto del Papiro Tulli realizados por Boris de Rachewiltz, el relato habría sido escrito durante el reinado del faraón Tutmosis III, entre 1500 y 1425 a.C.
Etienne Drioton
En el año 1943, el profesor Alberto Tulli, director del Museo Egipcio del Vaticano, compró el papiro por un monto desconocido a un vendedor de antigüedades reconocido legalmente por las autoridades egipcias y que tenía una larga relación con el gobierno de Egipto, el Museo del Cairo y varios egiptólogos, llamado Phocion J. Tano. Debido a que la escritura era hierática, el profesor decidió pedir al Dr. Etienne Drioton, egiptólogo del Museo del Cairo, que copiara el texto en un lenguaje jeroglífico. (Este es un método usado normalmente por los eiptólogos antes de realizar cualquier traducción)
Por otro lado, algunos señalan que el precio del papiro en el anticuario cairota era tan alto que Alberto Tulli no pudo hacerse con él, aunque sí recibió el permiso del comerciante para poder copiar el texto íntegro. Esto es poco probable, ya que los anticuarios de esta época (e incluso los de ahora) no sabían lo que vendían, por lo que no parece normal que un documento tan deteriorado tuviera un precio alto. En la década de 1930 el tráfico de antigüedades era algo normal y se podían conseguir todavía grandes piezas a precios muy asequibles.
Boris Rachewiltz
Tras la muerte del profesor Alberto Tulli, todos sus documentos, entre ellos el enigmático papiro, pasaron a manos de su hermano Gustavo Tulli, un sacerdote que trabajaba en el palacio Laterano de Roma. Quien accedió a que el reconocido egiptólogo y noble italiano Príncipe Boris de Rachewiltz tradujera el manuscrito. Según este investigador, el documento consistía en un pequeño fragmento de papiro en muy mal estado de conservación y repleto de lagunas, por lo que algunas partes del mismo no podían comprenderse. Sin embargo, Rachewiltz no conservó el documento, solo la copia en jeroglífico.
Fragmento de la descripción de Rachewiltz:
“La transcripción que envío es de un papiro original del periodo del Nuevo Reino de Egipto (o Imperio Egipcio) que encontré entre los papeles y documento del fallecido profesor Alberto Tulli, antiguo director del Museo Egipcio del Vaticano…el original está en muy malas condiciones. Se ha perdido el inicio y el final del texto, la escritura (en hierático) es muy pálida y hay varias lagunas…de todo el papiro (20 x 18 cm.) he escogido las partes mejor preservadas y quizás las más interesantes.” (Boris de Rachelwiltz, 1953)
Traducción realizada por Rachewiltz en 1953:
«En el año 22, tercer mes de la estación de peret [la germinación] en la hora sexta del día [14 h.] [...] dos escribas de la Casa de la Vida vieron un círculo de fuego que estaba viniendo por el cielo. No tenía cabeza. Su olor era desagradable. Entonces, ellos tuvieron miedo y huyeron, [...] y fueron a decírselo a Su Majestad. Todo está recogido en la Casa de la Vida. Su majestad reflexionó sobre lo que había pasado. Han transcurrido muchos días después de lo ocurrido [...] Son numerosos al igual que todo [...] Ellos brillan en el cielo como el sol lo hace sobre las cuatro columnas que sujetan el cielo. [...] Entonces los círculos de fuego [...] El ejército del rey estaba [en aquel lugar] y Su Majestad los vio [con sus propios ojos]. Esto sucedió después de la hora de la última comida. Allí arriba [en el cielo], ellos se marcharon hacia el sur. Del cielo cayeron peces y aves [...] algo inaudito desde el comienzo de los tiempos. Su majestad colocó incienso para apaciguar a Amón Re, Señor de las Dos Tierras [...] en un documento de la Casa de la Vida [...] eternidad».
Quince años después, en 1968, el Dr. Edward U. Condon, director de un comité del gobierno norteamericano para el estudio de los ovnis, intentó verificar la existencia del manuscrito original del Papiro Tulli. Condon le pidió a Walter Ramberg, por ese entonces adjunto científico de la embajada norteamericana en Roma, que averiguara sobre el Papiro Tulli. La respuesta de Ramberg fue la siguiente: “El actual director de la sección egipcia del Museo del Vaticano, el Dr. Nolli, dijo que el profesor Tulli dejó todas sus pertenencias a un hermano suyo, que era un sacerdote en el Palacio Laterano. Presumimos que el sacerdote tiene el famoso papiro. Desafortunadamente, el sacerdote hermano de Tulli murió y sus pertenencias fueron dispersadas entre sus herederos, que podrían haberse deshecho del papiro como si fuera algo de poco valor.”
Años más tarde, Cedric Leonard, un reconocido investigador del fenómeno ovni, decide investigar este famoso tema y realizar su propia traducción mediante una copia del papiro que consiguió en una bilioteca. En la traducción presentada por cedric cambia 'círculos de fuego' por 'discos ardientes'. “Los signos jeroglíficos traducidos como ‘círculos de fuego’ son aa-xet en egipcio….es interesante destacar que el signo que ha sido traducido como ‘circulo’ es el signo normal para ‘isla’ (Budge, 1966)….Pero estas particulares ‘islas’ están consistentemente localizadas junto al texto ‘en el cielo’- lo que descarta cualquier idea de que estas sean islas normales. En todo caso, el texto parece indicar un disco sólido en lugar de un simple ‘círculo’ sin nada en el centro. Siendo este el caso, en lugar de ‘círculo’ yo creo que ‘disco’ es una mejor traducción. Es más, el termino determinativo egipcio para ‘fuego’ nos indica que estos eran ‘discos ardientes’…” (Cedric Leonard, 2000)
Traducción de Cedric Leonard, 'discos ardientes'
Versión corregida del Papiro de Tulli, según Cedric Leonard:
“En el año 22, tercer mes del invierno, sexta hora del día, entre los escribas de la Casa de la Vida se encontró que un extraño disco ardiente venía del cielo. No tenía cabeza. El ancho de su boca emitía un olor repugnante. Su cuerpo era de un rod de largo (alrededor de 46 metros) y un rod de ancho. No tenía voz. Vino hacia la casa de su majestad. Sus corazones se confundieron con esto, y ellos se echaron sobre sus vientres…Ellos fueron donde el (Rey) para reportarlo. Su majestad (ordenó que) los manuscritos (localizados) en la Casa de la Vida fueran consultados. Su majestad meditó sobre todos los acontecimientos que estaban sucediendo. Después de algunos días, ellos (los discos) se volvieron más numerosos que nunca en el cielo. Brillaban en el cielo más que el Sol y se extendieron a los límites de los cuatro pilares del cielo…poderosa era la posición de los discos ardientes. El ejército del Rey se los observó, con su majestad en el medio. Fue luego de la cena que los discos ascendieron aún más en el cielo hacia el sur. Pescados y una variedad de aves cayeron desde el cielo: una maravilla nunca antes vista desde la creación de este reino. Y su majestad pidió que se trajera incienso para clamar el corazón de Amun-Re, el dios de las Dos Tierras. Y (se ordenó) que el evento (fuera registrado por) su majestad en los anales de la Casa de la Vida (para ser recordado) por siempre.”
Traducción de Cedric Leonard, 'los discos empezaron a elevarse'
Traducción de Cedric Leonard, 'que los discos resplandecían en el cielo'
Cedric, en su investigación, explica que el acontecimiento de los “discos ardientes” podría haber sucedido en cualquier momento entre el 1506 y el 1425 a.C. Durante este periodo sucedió un hecho muy importante, la erupción del volcán Strongyle en la isla griega de Santorini, suceso que podría explicar el fenómeno de los discos. Ya que el evento fue de una gran magnitud, y podría haberse visto incluso desde el espacio, generando que una flota de naves espaciales fuera enviada a obserbar el suceso y medir las consecuencias del mismo en nuestra civilización. Así mismo Cedric manifiesta que la lluvia de peces y aves vendría a ser un efecto más de la erupción volcánica, ya que esto es común en casos de fenómenos clomatológicos extremos.
Sin una prueba contundente de la existencia del papiro y como consecuencia del increíble contenido del reporte, fueron pocos los egiptólogos que aceptaron el relato traducido por Rachewiltz como genuino. Al día de hoy, el Papiro Tulli sigue perdido y existe una fuerte controversia sobre su autenticidad. Es lamentable que no se haya podido encontrar el papiro original pues esto impide que expertos en paleografía examinen el tipo de escritura, impide que se examine químicamente la tinta, e impide que se realicen estudios de carbono catorce al papiro en sí mismo.
Sin embargo muchos defienden la existencia del papiro y su contenido, exponiendo que cada uno de los personajes involucrados en esta historia son reconocidos especialistas en la cultura egipcia, y estos consideraron como un auténtico documento egipcio de la 18ava dinastía al Papiro de Tulli, por lo tanto, existe una credibilidad en sus aportes.
Fuente:http://sculli522.blogspot.com.es/2015/01/el-papiro-tulli-primer-testimonio-ovni.html