miércoles, 9 de noviembre de 2016
Una flor en la tumba de Caroline Walter.
La tragedia golpeó Friburgo, Alemania, en 1867, cuando Caroline Walker murió a la temprana edad de 16 años víctima de la tuberculosis. Su hermana le encargó a un escultor una espeluznantemente precisa escultura de tamaño natural para su lápida que representaba a la propia Caroline durmiendo. Desde que murió, hace 148 años, todos los días aparece un ramo de flores frescas debajo del brazo de la escultura, tanto en inverno como en verano, con nieve o sin ella. Nadie sabe quien deja las flores.
Fuentes :http://www.husmeandoporlared.com/2015/02/terrorificos-misterios-aesinatos-sin-resolver.html
http://www.husmeandoporlared.com/2015/02/terrorificos-misterios-aesinatos-sin-resolver.html#ixzz4PUyAFPiw
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