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lunes, 28 de marzo de 2016
CONEXIÓN PARANORMAL: EL CONTACTADO MEXICANO QUE FUE A VENUS...
Salvador Villanueva Medina fue un hombre que decía haber visitado Venus.
Este señor fue examinado por los psiquiatras en su tiempo y ellos concluían que era una persona mentalmente equilibrada.
Don Salvador escribió un libro titulado “Yo estuve en el planeta Venus”, lo que le ocasionó una escalada de burlas hacia su persona.
El hombre narra que en el mes de agosto de 1953, conducía su automóvil rumbo a Laredo, en el que llevaba a unos norteamericanos que deseaban regresar a su país.
El carro se dañó, sus acompañantes decidieron regresar a un pueblo cercano en busca de una grúa. Salvador se quedó ahí, se metió debajo del coche con el propósito de arreglarlo.
Cuando intentó salir de debajo del automóvil, oyó que alguien se acercaba, pues se escuchaban pasos en la carretera.
Una voz extraña le preguntó en perfecto español, ¿qué le pasa al coche?
DE REPENTE, SE ENCONTRÓ FRENTE A UN HOMBRE EXTRAÑAMENTE VESTIDO, DE PEQUEÑA ESTATURA UN METRO CON VEINTE CENTÍMETROS APROXIMADAMENTE.
La rara vestimenta del visitante, el rostro tan blanco como el marfil, el pelo largo platinado y ondulado cayendo sobre sus hombros, sorprendieron tremendamente a Villanueva.
Cuenta Salvador que este extraño visitante llevaba un cinturón con perforaciones de las cuales salían extrañas luces.
Sorprendido, sólo se limitó a preguntarle al misterioso personaje si era aviador. Él respondió que su nave estaba a poca distancia. Dichas estas palabras, el extraño ser se retiró metiéndose entre la montaña.
Recuerda, que después de este suceso, resolvió dormir tranquilamente en su carro.
No había pasado mucho tiempo cuando fue despertado por golpes dados en el vidrio de la puerta delantera del lado derecho.
Salvador abrió su puerta y fue grande su sorpresa al encontrar al conocido que venía ahora en compañía de otro individuo semejante. Ambos entraron a su carro y platicó largamente con ellos.
AQUELLOS PERSONAJES DIJERON VENIR DE VENUS; MUNDO DONDE LAS CALLES SE PROLONGABAN SIN FIN, LLENAS TODAS DE PASOS A DESNIVEL, PARA EVITAR ACCIDENTES.
Además, los vehículos no consumen combustibles ni vegetales ni minerales, pues son perjudiciales para los organismos. Los venusinos utilizan la energía solar para propulsar sus vehículos.
Los venusinos contaron que ellos en su mundo tenían un solo mar, pero que era éste, tres veces más profundo que los nuestros.
Le explicaron que ellos se habían criado en Venus mediante sistemas científicos especiales, un clima artificial uniforme o benigno convirtiendo así su mundo en una cálida morada.
Explicaron que en Venus los niños no vagan por las calles, que el Gobierno los controla hasta que alcanzan la edad adecuada, que se les clasifica dé acuerdo con sus cualidades físicas y mentales y se les asigna determinado lugar donde hacen falta.
NARRARON QUE DEL MAR SACAN TODOS LOS ELEMENTOS NECESARIOS PARA CONSTRUIR EDIFICIOS, CONFECCIONAR ROPA, FABRICAR VEHÍCULOS Y UN SESENTA O MÁS DEL PORCENTAJE DE SU ALIMENTACIÓN.
Más aún, le dijeron que sus barcos lo mismo pueden estar en el aire que en el agua y que en el fondo del mar existen gigantescas fábricas encargadas de seleccionar y aprovechar científicamente el pescado para su alimentación.
Le aseguraron los extraños seres que la etapa histórica por la que los terrícolas estamos atravesando ahora, la vivieron ellos hace muchos miles de años.
Ellos también conocieron las guerras, los líderes astutos de la política hasta que al fin nació la fraternidad. Hoy en día no tienen banderas. Han hecho de su mundo una sola Patria y están gobernados por sabios que solo se limitan a aconsejarlos con amor.
Salvador fue invitado por los venusinos a comprobar la realidad de esas afirmaciones.
SALIÓ DEL COCHE TRAS LOS DOS HOMBRES, SE METIÓ CON ELLOS ENTRE LA MONTAÑA Y ENCONTRÓ UNA MAJESTUOSA NAVE CON FIGURA DE ESFERA ACHATADA QUE SE APOYABA EN TRES BOYAS QUE FORMABAN UN TRIÁNGULO.
Dicha nave tenía en la parte superior un cable ligeramente inclinado hacia dentro, como de un metro de altura, circundado de agujeros, como los que se usan en los barcos.
El hombre subió detrás de sus acompañantes en el interior de la formidable nave cósmica, que según sus palabras, parecía una impresionante fortaleza.
Narró que cinco días estuvo viviendo en el Planeta Venus, cuya civilización es años de veces más avanzada que la de los terrícolas.
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