jueves, 2 de junio de 2016
El misterio de Funny River: el lugar donde las personas desaparecen sin dejar rastro,
De entre los miles de seres humanos que se esfuman en Alaska, la historia de Rick Hills y Richard Bennett es seguramente la más terrible (y triste) de todas ellas
En Alaska están acostumbrados a las desapariciones. Cada año, alrededor de 3.000 personas se esfuman en la península, una cifra aún más llamativa si tenemos en cuenta que en ella viven 736.732 personas, según el censo del año 2014. En muchos casos, estas personas aparecen, vivas o muertas: muchos exploradores y suicidas se decantan por la soledad de dichos parajes. En otros, las condiciones naturales del Estado americano, plagado de ríos, glaciares y un frío extremo, complican la búsqueda. Casi todos sus habitantes conocen a alguien que desapareció sin dejar rastro.
El periodista Alex Tizon, premio Pulitzer por su libro 'Big Litle Man: in Search of My Asian Self' (Houghton Mifflin) estaba visitando Alaska en enero de 2005 para investigar el “fenómeno de las personas ordinarias que desaparecen mientras hacen cosas ordinarias” cuando se topó con una de esas historias trágicas y surrealistas que nos hacen sentir vértigo sobre nuestro lugar en el mundo.
Las huellas de Rick salían de la puerta del conductor y se internaban en el bosque. Se esfumaban en una pista de aterrizaje abandonada
Su viaje le había llevado a la península de Kenai, y concretamente, a Soldotna, su ciudad más grande (por decir algo: apenas 4.000 personas viven ahí). Allí conoció a la madre de Rick Hills, Dolly, y a su pareja, Heidi, con quien tenía dos hijos. Rick había desaparecido en febrero de 2004, a los 35 años, poco después de volver a casa tras terminar un pequeño trabajo en una plataforma petrolífera. Aquel día había cogido su camioneta Dodge para recoger un cheque en Anchorage, pero nunca volvió a casa.
El vehículo fue encontrado dos días después, a unos 25 kilómetros de su casa, cubierto por la nieve. Tenía las llaves puestas, el carnet de conducir en el asiento del copiloto y 292 dólares en la guantera. Las huellas, que mostraban la inequívoca cojera de Hills, salían de la puerta del conductor y se internaban en el bosque. Estas llegaban hasta el porche de una casa a unos 400 metros, pero partían otra vez hacia una pista de aterrizaje abandonada y ahí desaparecían.
Su familia descartaba el suicidio. No tenía ningún motivo para hacerlo, y de hecho, le había preguntado a sus hijos si querían acompañarle a hacer el recado. Tampoco pensaban que hubiese perdido la vida en el bosque, porque estaba acostumbrado a vivir en la naturaleza. Aunque le gustaba irse de fiesta toda la noche, emborracharse y tomar cocaína, su mujer señalaba que ello nunca le había impedido volver a casa. Los Hills oyeron la respuesta más convincente de boca de una adivina, que les explicó que Rick había sido robado por dos hombres y que lo habían abandonado para que se congelase hasta morir. Pero que pasarían 10 años hasta que pudiesen encontrarlo.
En la primavera de 2014, un gran fuego devastó gran parte de la península de Kenai. Mientras intentaban apagarlo, los bomberos encontraron huesos humanos reducidos a cenizas, lo que complicaba la identificación del cuerpo. Estaban extendidos en un radio de cinco kilómetros cuadrados, junto a varios cuchillos de caza, un mechero, un teléfono móvil, dos monedas y dos botones. El cadáver planteaba más preguntas que respuestas resolvía. Sin embargo, cuando la historia llegó a los oídos de Dolly Hills, que vivía a apenas 32 kilómetros del lugar del hallazgo, no pudo evitar preguntarse: “¿será Rick?”. No lo era.
Un cuerpo en el bosque
En el año 2005, Richard Bennett desapareció en la península de Kenai. A sus 39 años, era un hombre de pocas palabras, aunque amable, que disfrutaba pasando mucho tiempo en el bosque, ya que su padre le había enseñado a cazar y pescar a una temprana edad. Cuando desapareció vivía en un tráiler en Sterling. Su padre, Leon, y su tía Jane, pasaron a visitarlo un día de agosto después de haber pasado un tiempo sin saber nada de él, mientras su madre enferma, Betty, descansaba en casa.
La pierna derecha mostraba una lesión, y Richard se había fracturado la extremidad en un accidente de moto en 1980
No parecía haber señales de vida en el tráiler. Sin embargo, se encontraron algo que les daría un vuelco al corazón: sus posesiones habían sido trasladadas a una cabaña y varias cajas habían sido etiquetadas con nombres de amigos y parientes. Estas contenían objetos que les podían resultar útiles a dichas personas, como si Richard estuviese repartiendo su herencia. Sin embargo, su familia desconfiaba de que se hubiese suicidado.
Tras recabar información de los vecinos, los Bennett decidieron investigar los bosques contiguos. Tardaron alrededor de cuatro horas en encontrar un esqueleto humano a unos 250 metros del tráiler, eso sí, sin cabeza. Llevaba puestos unos vaqueros Levi's y una sudadera azul. El tamaño parecía ser el de Bennett. Leon le dio la vuelta y tocó los restos del torso: era él. Ya que el laboratorio de Texas encargado de hacer las pruebas de ADN no podía tener los resultados antes de 18 meses, los investigadores decidieron usar otra vía para identificar el cadáver y no alargar más la agonía de la familia.
La pierna derecha del esqueleto mostraba una lesión, y Richard se había fracturado la extremidad en un accidente de moto en 1980. Para los investigadores, era razonable pensar que se trataba del hijo de Leon y Betty, por lo que permitió celebrar por fin un funeral el 23 de junio de 2006 y poner fin a su proceso de duelo. Sin embargo, había algo que no sabían, aunque quizá de haberlo hecho tampoco habrían cambiado las cosas: el tráiler donde vivía Richard se encontraba a menos de 800 metros de donde se había hallado la camioneta de Rick.
Dos cartas para una tragedia
Fue la teniente Kat Shuey, una veterana policía de la Oficina de Investigación de Alaska, la que dio con la clave del enigma. Después del hallazgo de la primavera de 2014, Shuey solicitó una lista de los desaparecidos en dicha zona, en la que aparecían Rick Hills y Richard Bennett. Sin embargo, había algo extraño: Bennett había sido enterrado, pero aún aparecía en la categoría de “desaparecido” en los archivos de la policía. En su archivo encontró la pieza perdida del puzzle: la carta sin enviar del laboratorio de ADN que confirmaba que el cadáver no pertenecía a Richard Bennett, fechada 16 meses después de que alguien fuese enterrado con su nombre.
Las palabras no pueden expresar la magnitud de la disculpa que su familia y usted merecen por los errores cometidos por la policía
Dos oficiales llamaron a la puerta de la familia Hills y Bennett a finales de agosto de 2014. “Empiezo esta carta siendo consciente de que las palabras no pueden expresar adecuadamente la magnitud de la disculpa que su familia y usted merecen basados en los errores cometidos por los policías de Alaska”, comenzaba la misiva ante la consternación de unos y otros. En ella se explicaba a los Hills que se había encontrado el ADN de su hijo desaparecido en un cadáver que llevaba casi 10 años enterrado en una colina a apenas unos kilómetros de su casa. A los Bennett se les explicaba que el cuerpo del que pensaban que era su hijo no pertenecía a Richard Bennett, sino a otro hombre llamado Rick Hills, pero que el cadáver encontrado apenas unos meses antes en Funny River no era tampoco el de su hijo. En otras palabras, nueve años después de su entierro, no había ninguna pista física sobre el paradero de Richard Bennett.
Ambas cartas concluían de la misma manera: “Entiendo que no hay nada que pueda decir que repare la devastación que debe sufrir su familia. Por ello, lo lamento terriblemente. Firmado, coronel James Cockrell, director de Alaska State Troopers”. Poco después de recibir las misivas, ambas familias se pusieron en contacto para intentar atar cabos y compartir su dolor. Allí descubrieron que Rick y Richard, que nunca se habían conocido pero que seguro que se habían cruzado en varias ocasiones, tenían mucho en común: altura, peso, edad, la misma lesión en la pierna.
La familia Hills sigue sin saber qué pudo pasar con Rick, aunque sospechan que puede tratarse de “algo turbio”. Leon decidió no decirle nada a su mujer, que se encontraba gravemente enferma, y murió en abril de 2015. En julio del pasado año, el 'Alaska Dispatch News' informaba del descubrimiento de la identidad del cadáver de Funny River. Se trataba de James Allen Beaver, desaparecido en 2011 a los 42 años y que había sido compañero del instituto de Rick Hills.
10 años después de la primera muerte de su hijo, Leon vive en la incertidumbre. “No quieres regodearte, probablemente está muerto, pero no puedes pasar por alto que hay una esperanza”, le explicaba al periodista. Quizá no se había suicidado, quizá había cambiado de vida, o se había internado en el bosque para pasar ahí el resto de sus días. “No muchos pueden hacerlo”, recordaba. “Pero si hay alguien que puede, ese es mi hijo”.
Fuente:http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-03-19/misterio-funny-river-personas-lugar-desaparecen-dejar-rastro_1170200/
El verdadero misterio de Nazca, resuelto
Solemos asociar esta cultura precolombina, situada en lo que hoy es Perú, con sus famosas líneas. Pero estas no fueron la más increíble de sus creaciones
La cultura nazca, que se desarrolló en los primeros siglos de nuestra era en uno de los desiertos más áridos del planeta -en lo que hoy es el departamento de Ica en Perú–, es una de las civilizaciones precolombinas que más pasiones levantan, quizá porque su historia está rodeada de misterios.
Sin duda, son los gigantes geoglifos -las famosas líneas de Nazca- los que han hecho de esta civilización una de las grandes obsesiones de los arqueólogos. Pero nos equivocamos si pensamos que estas figuras son la única creación reseñable que ha llegado a nuestros días de su cultura.
Quizá menos impresionantes, pero más extraños si cabe, son los puquíos, un sofisticado sistema de acueductos que continúa funcionando en nuestros días, y que permitió a los habitantes de la región hacer frente a las frecuentes sequías y desarrollar una agricultura sólida.
Aunque en la actualidad siguen en activo 36 puquíos (y se conocen otros 20 en desuso), su sistema de conductos nunca había sido explorado. Hasta ahora. Un equipo del italiano Institute of Methodologies for Environmental Analysis (IMAA), dirigido por la doctora Rosa Lasaporana, ha adelantado a la BBC las conclusiones de una investigación que, gracias a la utilización de imágenes de satélite, revela el funcionamiento de este misterioso sistema de irrigación.
Agua para todos
Según Lasaprona, los puquíos son la parte visible de un sistema “hidráulico construido para extraer agua de los acuíferos subterráneos del desierto”, lo que permitió el florecimiento de una civilización avanzada en una zona tremendamente inhóspita.
Gracias al examen de las imágenes por satélite, Lasaporana y sus colegas han logrado entender la distribución de los puquíos en la región y su situación respecto a los asentamientos cercanos, que son más fáciles de ubicar y datar.
Los puquíos fueron el proyecto hidráulico más ambicioso del área de Nazca y permitieron tener acceso al agua durante todo el año
“Lo que es evidente es que el sistema de puquíos debía estar mucho más desarrollado de lo que parece hoy en día”, explica la investigadora. “Al permitir la explotación de un suministro de agua inagotable durante todo el año, el ingenio contribuyó a crear una agricultura intensiva en los valles de uno de los lugares más áridos del mundo”.
Según los científicos italianos, una serie de canales permitían extraer el agua subterránea y conducirla a las áreas donde se necesitaba; todo lo que sobraba se almacenaba en depósitos superficiales. Hasta la fecha, se pensaba que la parte visible de los puquíos, una especie de chimenea en forma de tirabuzón construida encima de los canales, servía tan solo para acceder al sistema y efectuar las labores de mantenimiento, pero el equipo de Lasaparona asegura que la abertura está diseñada para introducir corrientes de viento en la canalización, las verdaderas encargadas de desplazar el agua de una zona a otra.
“Los puquíos fueron el proyecto hidráulico más ambicioso del área de Nazca y permitieron tener acceso al agua durante todo el año, no solo para regar, sino también para el uso doméstico”, explica Lasaporana. Hoy sabemos que los nazcas debieron cultivar de forma exitosa maíz, frijol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae y algodón, algo que habría sido imposible si hubieran tenido que depender de los ríos de la zona, que solo llevan agua unos 40 días al año.
Aún quedan preguntas por resolver
Aunque la investigación italiana ha revelado la forma en que funcionaban los puquíos, aún no está clara su datación exacta y, sobre todo, la forma en que fueron construidos.
La primera incógnita se puede resolver por aproximación, pero dadas las característica de los túneles, es imposible usar técnicas de radiocarbono para conocer la época exacta de su construcción. Hay quienes defienden que fueron construidos por arquitectos nazcas en una fecha tan temprana como el 540 a.C., y hay quien piensa que ni siquiera es obra de estos, sino de los españoles. A esto hay que añadir que, al igual que todas las culturas precolombinas a excepción de la maya, los habitantes de la zona no conocían la escritura y, por tanto, no dejaron ningún registro histórico que nos pueda dar alguna pista; y en caso de que el invento fuera cosa de Pizarro y compañía, no se explica por qué nadie anotó nada sobre su construcción: el primer registro histórico de los canales data de 1605 y hace referencia a una arquitectura preexistente.
Respecto a la la forma en que fueron construidos, Lasaporana tiene claro que el misterio continúa: “La construcción de los puquíos implicó el uso de una tecnología particular muy especializada. Sus constructores no solo necesitaron un profundo conocimiento de la geología del área y las variaciones anuales de la disponibilidad de agua: además, mantener los canales era un enorme desafío técnico, ya que se extienden a través de fallas tectónicas”.
En opinión de la investigadora, procesos técnicos aparte, los puquíos solo pudieron ser fruto del trabajo de una civilización muy avanzada y jerarquizada para aquella zona y esa época. “El mantenimiento debió estar basado en un sistema social colaborativo y organizado, similar al que exigía la construcción de las famosas líneas de Nazca, que en muchos casos están claramente relacionadas con la presencia de agua”, asegura Lasaporana.
La región de Nazca esta aún hoy repleta de canales de irrigación y depósitos de agua (llamados localmente “cochas”), dependientes del sistema de puquíos
Es probable, según la investigadora, que al igual que el Imperio romano se construyó gracias a un complejo sistema fiscal y unas infraestructuras nunca vistas, los puquíos fueran la herramienta de la élite de la cultura nazca para sostener el poder, pues les permitían controlar la distribución del agua, que, en una zona tan desértica, era la llave para ejercer un control absoluto.
La región de Nazca está aún hoy repleta de canales de irrigación y depósitos de agua (llamados localmente 'cochas'), dependientes del sistema de puquíos. Y muchos siguen sirviendo a los agricultores de la zona tal como lo hacían hace más de 2.000 años.
Fuente:http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-04-14/el-verdadero-misterio-de-nazca-puquios-rosa-lasaporana_1183239/
martes, 31 de mayo de 2016
7 Terroríficos misterios sin resolver.
En muchas series de televisión como CSI o Ley y Orden, vemos como trabajan los policías y resuelven un crimen tras 40 minutos de investigación, entregando el culpable al juez y quedando todos un poco más tranquilos.
Sin embargo en el mundo real las cosas no son tan fáciles. De hecho suceden acontecimientos que ni la policía ni ningún organismo del Estado pueden explicar.
Éstos son algunos de los misterios más extraños y terroríficos que hoy en día nos siguen desconcertando.
1. Muerte a bordo del Ourang Medan.
En junio de 1947 un barco que navegaba por el estrecho de Malaca comenzó a enviar señales de socorro a los barcos que se encontraban por la zona. El mensaje decía: "Todos los oficiales, incluyendo el capitán, han muerto, están tumbados en la cubierta y el puente. Posiblemente toda la tripulación está muerta." Tras una pausa el tripulante que transmitía el mensaje dijo: , "Me muero."
Una buque estadounidense, el Silver Star, escuchó el mensaje y fue a investigar. Una vez a bordo descubrieron que todos los tripulantes del Ourang estaban muertos, todos con una expresión congelada de miedo extremo en sus rostros. Sus brazos estaban extendidos, como si trataran de apartar algo que se acercaba. Cuando el Silver Star remolcaba al Ourang a puerto, las cubiertas inferiores del barco fantasma empezaron a arder y el Silver Star tuvo el tiempo justo de soltar amarras antes de verse afectado por el fuego. Hoy en día nadie sabe que pudo pasar a bordo del SS Ourang Meden, o si lo saben, no quieren que los demás nos enteremos.
2. Una flor en la tumba de Caroline Walter.
La tragedia golpeó Friburgo, Alemania, en 1867, cuando Caroline Walker murió a la temprana edad de 16 años víctima de la tuberculosis. Su hermana le encargó a un escultor una espeluznantemente precisa escultura de tamaño natural para su lápida que representaba a la propia Caroline durmiendo. Desde que murió, hace 148 años, todos los días aparece un ramo de flores frescas debajo del brazo de la escultura, tanto en inverno como en verano, con nieve o sin ella. Nadie sabe quien deja las flores.
3. Los niños Sodder.
Durante la Nochebuena de 1945, un voraz incendio en el interior de su casa despertó a la familia Sodder. George y Jennie Sodder escaparon con cuatro de sus hijos, pero otros cinco se quedaron dentro de la casa en llamas, pese a los intentos de George por rescatarlos. Tras el incendio no se encontraron los cuerpos de los niños ni ningún tipo de resto oseo, algo muy extraño, ya que la casa ardió rápidamente y no habría dado tiempo a que los cuerpos de los niños hubieran quedado completamente incinerados. Hicieron pruebas con los cadáveres de diversos animales simulando un incendio parecido y siempre quedaban restos.
20 años después del terrible incendio, los Sodder recibieron por correo una fotografía en un sobre sin remite. Parecía ser la fotografía de uno de los niños que murió en el incendio, Louis, ya de adulto. En la parte posterior de la fotografía habían escrito un misterioso mensaje a mano: "Louis Sodder. Amo a mi hermano Frankie. Ilil. A90132 o 35." Los Sodders volvieron a investigar de nuevo, pero fue en vano. Murieron sin saber lo que realmente pasó con sus hijos.
4. El crímen de Hinterkaifeck.
Hinterkaifeck , una pequeña granja situada entre las ciudades bávaras de Ingolstadt y Schrobenhausen (a unos 70 km al norte de Munich), fue el escenario de uno de los crímenes más extraños y desconcertantes de la historia de Alemania. Durante la noche del 31 de marzo de 1922, los seis habitantes de la granja fueron asesinados con un azadón. El asesinato sigue sin resolverse hasta hoy.
Las seis víctimas fueron el agricultor Andreas Gruber (63) y su esposa Cäzilia (72); su hija viuda Viktoria Gabriel (35) y sus dos hijos, Cäzilia (7) y Josef (2); y la criada María Baumgartner (44). Se rumoreaba que Josef, el hijo de Viktoria era también hijo de su padre Andreas, con quien habría tenido una relación incestuosa.
Unos días antes del crimen, el agricultor Andreas Gruber dijo a los vecinos que había descubierto huellas en la nieve que iban desde el borde del bosque hasta la finca, pero ninguna de vuelta. Además, habían perdido un juego de llaves de la casa días antes de los asesinatos, pero no se informó a la policía.
Seis meses antes, la criada anterior había dejado la finca, alegando que estaba embrujada; la nueva criada, María Baumgartner, llegó a la finca el 31 de marzo, sólo unas horas antes de su muerte.
Exactamente lo que ocurrió el viernes por la noche no se puede saber con certeza. Se cree que la pareja de ancianos, así como su hija Viktoria y su hija Cäzilia, fueron de alguna manera atraídos al granero de uno en uno, donde fueron asesinados. A continuación en asesino entró en la casa donde mató al hijo de dos años de edad de Viktoria, Josef, que dormía en su cuna en la habitación de su madre, así como a la criada, María Baumgartner, en su dormitorio.
5. YOGTZE.
Günther Stoll era un ingeniero que antes de su muerte en 1984, le dijo a su esposa que "ellos" estaban detrás de él. Su esposa nunca le hizo demasiado caso ni tenía interés por saber quienes eran "ellos". La noche de su muerte estaba con su esposa cuando de repente gritó: "Jetzt geht mir ein Licht auf!" ("¡Ahora ya lo tengo!") Tras escribir YOGTZE en una silla subió a su coche y se fue.
Sobre las 3 de la madrugada de esa noche se encontró su cuerpo en su Volkswagen en una zanja al lado de la autopista. Estaba completamente desnudo. Lo más extraño es que la autopsia reveló que había sido herido antes del accidente y que había sido atropellado por otro vehículo en un lugar diferente. Su cuerpo lo habían puesto en el coche después de muerto. Una muerte con muchas preguntas, especialmente una, ¿qué significa "YOGUTZE"?
6. Una antorcha humana.
En 1982, un joven italiano, Benedetto Supino, estaba leyendo un libro de historietas en la consulta del dentista cuando, de repente, el libro estalló en llamas. Al igual que los héroes de sus cómics favoritos, parecía tener un poder especial. A diferencia de sus héroes, sin embargo, no podía parecer controlarlo. Sus sábanas ardían espontáneamente mientras dormía y dispositivos electrónicos como fusibles se estropeaban ante su presencia. Los científicos aún no tienen la menor idea de por qué ocurre este fenómeno.
7. Las extrañas muertes del Paso Diatlov.
En 1959, nueve experimentados montañeros se disponían a escalar una montaña en los Urales, en Rusia, sin embargo todos murieron en circunstancias muy extrañas y sus cuerpos fueron encontrados dispuestos de una forma tan misteriosa que desconcertó a los investigadores. La tienda de campaña de los montañeros había sido rasgada desde el interior y se encontraron huellas de pies descalzos que se adentraban en el bosque, todo ello a -30ºC. En el bosque, se encontraron dos de los cuerpos en ropa interior.
El equipo de rescate encontró tres cadáveres más enterrados en la nieve en campo abierto. Dos meses después se encontraron otros cuatro cuerpos en un profundo barranco de 75 metros. Los cadáveres mostraban signos de lucha, teniendo dos de las víctimas los cráneos fracturados y dos costillas rotas, y a otra le faltaba parte de su rostro debido a la descomposición post mortem. El veredicto final fue que los miembros del equipo murieron a causa de una "desconocida fuerza irresistible". La investigación cesó oficialmente en mayo de 1959 debido a la "ausencia de culpabilidad de un grupo criminal". El sumario fue enviado a un archivo secreto, y las fotocopias del caso llegaron a estar disponibles sólo en la década de 1990, a falta de algunas piezas.
Fuente:http://www.husmeandoporlared.com/2015/02/terrorificos-misterios-aesinatos-sin-resolver.html
sábado, 28 de mayo de 2016
La horrenda historia de Ilse Koch y su “colección de tatuajes”
Como podrán imaginar, no se trataba de una colección “tradicional”, por decirlo de alguna manera: la mujer no se hacía los tatuajes. No, los que coleccionaba venían, invariablemente, de otras personas.
Un monstruo en Buchenwald
¿Dónde podríamos encontrar una monstruosidad así? Sí, volvemos al horror de los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Por supuesto, la importancia – en este aspecto – de los campos nazis es fundamental: fueron uno de los lugares donde con más fuerza se vivió la deshumanización del prisionero, la conversión del “otro” en una cosa, un animal, un objeto, pero en todo caso de algo que no tenía alma ni sentimientos.
Dicha crueldad no es patrimonio del nacionalsocialismo (no hace falta más que ver las torturas de la CIA en Guantánamo), pero en pocos lugares y momentos como ese se vivió el verdadero alcance de la crueldad de la que es capaz un ser humano contra miles, millones de víctimas.
Hace unos días hablábamos de Irma Grese, “La Bella Bestia”, quien fue condenada a muerte por sus atrocidades contra los prisioneros del campo. Hoy hablaremos de Ilse Koch, otra mujer conocida por su infatigable pasión por la tortura y el dolor… y en este caso, por los tatuajes.
Los orígenes de Koch
Poco se sabe de la infancia y la juventud de la futura militante del partido nazi.
Nació el 22 de septiembre de 1906 en Dresden, Alemania, en la familia de un obrero de la cercana industria. A sus 15 años entró a la escuela de contabilidad, de la que pronto se graduaría y desde donde comenzaría a visitar las reuniones nazis aunque no se haría miembro oficial del partido hasta 1932.
Fue entonces cuando conoció a Karl Otto Koch, miembro importante del partido Nazi que luego se convertiría en el comandante del campo de concentración de Buchenwald. Pero antes de ello viviría por algún tiempo en el campo de Sachsenhausen, en donde su prometido había sido llamado por las autoridades nazis.
Se cree que fue aquí donde comenzó a desarrollar su aversión al prisionero y su gusto por el sufrimiento. No se sabe qué la llevó a obsesionarse con las pieles humanas (quizás consideraba que la suya propia no era lo suficientemente bella, no sabemos), pero pronto comenzó a crear en su retorcida mente la idea que la haría famosa a posteridad: el proyecto de crear una lámpara con seres humanos.
El traslado a Buchenwald
En 1937 su esposo fue trasladado al infame campo de concentración donde la mujer realizaría su sádica carrera. Parece ser que no ocupaba un cargo alto, sencillamente estaba a cargo por ser la esposa del comandante. La mujer pronto comenzó a mostrar su rostro más oscuro y a convertirse en el terror de los prisioneros, decenas de los cuales presentaron testimonios en su contra.
Originalmente gustaba de pasear entre los grupos de desheredados y deleitarse con su sufrimiento. Como Grese, solía cargar un látigo con el que de vez en cuando azotaba a algún prisionero, aunque este no parecía ser su método de tortura favorito.
El verdadero temor de los prisioneros llegaba cuando la mujer los obligaba a desnudarse frente a ella. Seleccionaba, entonces, a quienes tuvieran la piel más firme (y sobre todo si tenían tatuajes) y mentalmente los iba marcando. Pronto, estas personas morirían en las cámaras de gas y la dejarían libre para extraer su piel y realizar sus oscuros proyectos.
La obsesión por el cuero
Entre los objetos que realizó Koch estaban una lámpara y varios adornos de piel humana, además de un diario forrado con piel que aparece documentado en la primera incursión al campo pero luego desaparece de los registros. Entre los objetos se hallaba también una colección de órganos bien conservados que se mantenían como una especie de trofeos de guerra.
Aunque no era la única tortura que caracterizaba a la mujer (también conocida por azuzar perros contra mujeres embarazadas, por abusar sexualmente de muchos prisioneros – hombres y mujeres – y por disfrutar las torturas psicológicas a las que los sometía, como bañarse en una bañera con leche y vino mientras morían de hambre), no cabe duda de que el sello característico de Koch fue su obsesión con la piel humana que la llevó a manufacturar objetos fascinantes – hasta bellos, podría decirse – pero completamente escalofriantes y tétricos.
Los problemas de la pareja
Curiosamente Koch no fue juzgada primero por los aliados. En 1943 ella y su esposo fueron acusados de malversación de fondos, algo que se sabe que ambos hacían comúnmente (al menos con las posesiones de los prisioneros, que en teoría debían financiar la Guerra) y encarcelados: su esposo sería condenado a muerte y moriría en abril de 1945, pero ella sería absuelta por falta de pruebas. Dentro de los cargos estaba el asesinato de prisioneros y trabajadores del campo para limpiar la evidencia.
Sería hasta 1947 que la mujer fuera juzgada en una corte de los Estados Unidos. Allí se le condenó a cadena perpetua y sería en prisión que moriría, el 1 de septiembre de 1967. De acuerdo con las últimas cartas que intercambió con su hija no se arrepentía de nada, pero consideraba que sólo la muerte podría liberarla:
“…no hay otra salida para mí, la muerte es la única liberación”.
Al final hizo una tira con las sábanas de su alcoba y se ahorcó en su celda. Nadie, que sepamos, lloró su muerte.
Fuentes:https://misterios.co/la-horrenda-historia-de-ilse-koch-y-su-coleccion-de-tatuajes/
Fuente de imágenes: 1: 270c81.medialib.glogster.com, 2: 4.bp.blogspot.com, 3: 3.bp.blogspot.com
https://misterios.co/la-horrenda-historia-de-ilse-koch-y-su-coleccion-de-tatuajes/#sthash.EU0sNzJZ.dpuf
miércoles, 25 de mayo de 2016
martes, 24 de mayo de 2016
La Agencia Espacial Europea pretende crear una "aldea" en la Luna
"No será una aldea con varias casas y una iglesia", afirmó el director de la ESA (Agencia Espacial Europea, por sus siglas en inglés), cuyas palabras recoge un columnista de Space.com. La idea, dijo, es concentrar una variedad de actores diferentes del sector privado y el público.
Wörner señaló también que dentro de los programas espaciales europeos la Luna es una tarea prioritaria. "Creo que deberíamos ir primero a la Luna y luego adelante", dijo y agregó que está "completamente seguro de que iremos más allá". "No diría que Marte sea el objetivo final", especificó. La Luna servirá de "un escalón, un banco de pruebas" en este camino.
Esta visión del futuro próximo de la cosmonáutica europea se plasmó en un nuevo folleto que la ESA ha distribuido de cara al simposio. "Una clave de este renovado interés por la Luna es estimar la viabilidad económica para el uso de los recursos lunares para abastecer las actividades de exploración superficial humana", reza el folleto. El programa que menciona se extiende hasta el año 2030.
En abril Rusia anunció sus planes de comenzar la construcción de una base en la Luna en el 2035. Para el año 2030 está programado que los rusos desciendan por primera vez a la superficie del satélite natural de la Tierra.
Fuentes:
https://cosmosactual.blogspot.com.es/2016/05/la-agencia-espacial-europea-pretende.html
Space.com.
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