martes, 15 de diciembre de 2015

14 fotos increíbles de niños salvajes que se criaron entre animales


Los niños salvajes

NIÑA LOBO, MÉXICO (1845-1852)

En 1845 se vio a una niña corriendo a cuatro patas con una manada de lobos que atacaron a un rebaño de cabras. Un año después fue vista con los lobos comiendo una cabra. Fue capturada, pero escapó. En 1852 se la vio de nuevo con dos lobeznos, pero se escondió. Nunca volvió a ser vista.



Tuvieron una infancia distinta a la de la mayoría de los niños, ya que se criaron con animales como si del propio Libro de la Selva se tratara.
Ahora, la fotógrafa alemana, Julia Fullerton-Batten recupera sus historias en un proyecto al que ha llamado 'Niños salvajes'. Acostumbrados a vivir con monos, perros o lobos, los protagonistas han tenido enormes dificultades para reintegrarse en la civilización. Estos son algunos de ellos.


Los niños salvajes


OXANA MALAYA, UCRANIA (1991)

Oxana fue encontrada viviendo con perros en 1991. Tenía 8 años y llevaba con ellos 6. Sus padres eran alcohólicos y una noche la dejaron fuera. Buscando calor se juntó con los perros, una decisión que probablemente le salvó la vida. Cuando fue descubierta ella se comportaba más como un perro que como un humano. Corría a cuatro patas, jadeaba con la lengua fuera, enseñaba los dientes y ladraba. Debido a la falta de interacción con humanos solo sabía decir sí y no. Con terapia intensiva, Oxana aprendió a hablar y comportarse como una niña de 5 años. Ahora tiene 30, vive en una clínica de Odesa y trabaja en un hospital de animales bajo supervisión de sus cuidadores.

Los niños salvajes


SHAMDEO, INDIA (1972)

Fue un niño de 4 años, descubierto en un bosque de la India en 1972. Estaba jugando con cachorros de lobo. Su piel era oscura, sus dientes se habían afilado, sus uñas habían crecido y su pelo estaba enmarañado. Le gustaba el pollo, comía tierra y tenía gusto por la sangre. Finalmente dejó de comer carne cruda y aunque nunca habló, aprendió lenguaje de señas. Murió en 1985.



Los niños salvajes


PRAVA, RUSIA (2008)

Era un niño de 7 años, que fue encontrado en un pequeño apartamento viviendo con su madre de 31 años, pero estaba encerrado en una habitación llena de jaulas de pájaros, que contenía también los excrementos. Trataba a su hijo como a una mascota. No le pegaba ni nada por el estilo, pero nunca le dirigió la palabra. Su única comunicación era con los pájaros y no podía hablar. Cuando quería hacerse entender agitaba los brazos como las aves. Ahora Prava está recibiendo atención psicológica.

Los niños salvajes


MARINA CHAPMAN, COLOMBIA (1959)

Fue secuestrada a los cinco años en un pueblo remoto y abandonada en la selva. Vivió cinco años con unos monos capuchinos, comiendo, durmiendo y caminando como ellos. Fue descubierta por cazadores. Había perdido el lenguaje y fue vendida a un burdel hasta que un vecino la rescató y la llevó a Bogotá, donde fue adoptada. Se casó y tuvo hijos, la más joven le ayudó a escribir un libro contando su historia.


Los niños salvajes


MADINA, RUSIA (2013)

Vivió con perros desde que nació hasta que cumplió tres años, compartiendo su comida, jugando con ellos, durmiendo...Cuando los trabajadores sociales la encontraron estaba desnuda, caminaba a cuatro patas y gruñía como un perro. Su padre la había abandonado y su madre era alcohólica. Los únicos amigos de la pequeña eran los perros, ya que los niños no querían jugar con ella porque apenas sabía hablar. Los médicos creen que Madina está sana y que llevará una vida normal cuando aprenda a hablar.


Los niños salvajes


GENIE, ESTADOS UNIDOS (1970)

Cuando era un bebé, su padre pensó que era "retrasada" y decidió encerrarla en un pequeño cuarto de la casa atada a un retrete. Vivió sola durante 10 años. A los 13 años un cuidador social se dio cuenta de su condición. No sabía hablar, ni moverse y escupía todo el rato. Fue objeto de investigación durante años y logró aprender unas pocas palabras. Fue adoptada varias veces, sufrió abusos, volvió a un hospital y dejó de hablar de nuevo. Finalmente, un investigador la encontró en una instalación para adultos con problemas mentales.


Los niños salvajes



EL CHICO LEOPARDO, INDIA (1912)

Se lo llevó un leopardo cuando solo tenía 2 años. Tiempo después un cazador mató al animal y descubrió que tenía 3 cachorros, siendo el pequeño uno de ellos. Le devolvieron a su hogar, aunque tuvo problemas de adaptación. No podía hablar y solo gruñía, aunque poco a poco aprendió a hablar y caminar más recto.


Los niños salvajes



SUJIT KUMAR, EL CHICO POLLO, FIDJI (1978)

Cuando era un niño Sujit sufría un trastorno disfuncional y sus padres le encerraron en el corral con las gallinas. Cuando estos murieron, su abuelo le mantuvo encerrado. Tenía 8 años cuando fue encontrado. Fue trasladado a un centro, pero era muy agresivo y estuvo 20 años atado a una cama.


Los niños salvajes



KAMALA Y AMALA, INDIA (1920)

Un clérigo encontró a Kamala (8 años) y Amala (12 años) viviendo en 1920 en la cueva de unos lobos. Las chicas no parecían humanas y andaban a cuatro patas. Su vista, oído y olfato eran excepcionales y no tenían interés por los humanos. Dormían juntas, gruñían y comían carne cruda. Desgraciadamente ambas murieron poco tiempo después de su captura.


Los niños salvajes



IVAN MISHUKOV, RUSIA (1998)

Sufría abusos por parte de su familia y huyó a los 4 años. Mendigaba en la calle y compartía su comida con unos perros de la calle. Se terminó convirtiendo en el líder de la manada, hasta que le llevaron a un hogar infantil. Ahora vive con normalidad, gracias a que al mendigar mantenía contacto humano.


Los niños salvajes


MARIE ANGELIQUE MEMMIE LE BLANC, FRANCIA (1791)

Estuvo 10 años viviendo sola por los bosques de Francia. Iba armada con un palo y se enfrentaba con los animales salvajes. Se alimentaba de ranas y pájaros. Ayudada por patrones ricos, aprendió a leer, escribir y hablar francés. Murió en 1775 a los 63 años y siendo rica.


Los niños salvajes



JOHN SSEBUNYA, UGANDA (1991)

Huyó de casa a los 3 años cuando vio cómo su padre asesinaba a su madre. Vivió en la jungla con monos hasta que fue capturado y llevado a un orfanato. Tenía pelo por todo el cuerpo y parásitos intestinales. Finalmente aprendió a hablar y a comportarse como un humano.


Los niños salvajes


VICTOR, FRANCIA (1797)

Fue visto en los bosques del sur de Francia, pero huyó. Fue capturado a los 12 años, incapaz de hablar y con cicatrices. Le intentaron enseñar a hablar, pero fue absolutamente imposible. Murió a los 12 años.



















Fotos: Julia Fullerton-Batten

Fuente:https://es.noticias.yahoo.com/fotos/14-fotos-increibles-de-ninos-salvajes-que-se-criaron-entre-animales-slideshow/los-ni%C3%B1os-salvajes-photo-1444391497909.html

lunes, 14 de diciembre de 2015

Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate

Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate

Durante la Segunda Guerra Mundial existieron muchos mitos e historias para no dormir sobre los nazis. De entre ellas, hoy vamos a hablar de los Foo Fighter, no la banda de rock, sino los misteriosos aviones, un fenómeno que trajo de cabeza a los aliados. El batallón ovni de Hitler que no acertaban a definir.


Y es que han sido muchos los escritores e historiadores que en algún punto de la historia de la Segunda Guerra Mundial han tocado el tema de estos supuestamente objetos voladores no identificados. Un término, Foo Fighter, utilizado por los pilotos de los aviones aliados para describir unos fenómenos aéreos desconcertantes durante las operaciones en vuelo.

La historia habla sobre el inicio de los primeros informes de estos aviones/objetos no identificados a partir de 1944, desde ese momento los testigos asumirían que los Foo Fighter eran armas secretas empleadas por el enemigo. Obviamente, el tiempo ha acabado desmontando toda probabilidad sobrenatural de estos batallones con explicaciones científicas, pero aún así, no queda claro el origen de esos avistamientos.

Foo Fighter antes de los Foo Fighter nazis
Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate
Viñeta del cómic Smokey Stover

Habría que remontarse unos años antes en la historia para encontrar por primera vez el término. No venía de estos extraños aviones, originalmente Foo Fighter llegó a través de un personaje de una tira cómica surrealista de los años 30 bajo el nombre de Smokey Stover (de Bill Holman). Holman utilizaba en su cómic muchos juegos de palabras y signos sin sentido, entre ellos “foo”.

El personaje de Stover era un bombero cuyo vehículo se llamaba Foo Fighter y que a su vez utilizaba el nombre en lugar de fire fighter (bombero). Stover también solía decir “where there’s foo, there’s fire”. Así que este es el comienzo del término al que la historia le tendría varias sorpresas.

Los Foo Fighter de la Segunda Guerra Mundial
Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate

Llegados a la WW2, el término sería tomado de la tira cómica por el teniente Donald J. Meier, quién a su vez era fan incondicional del trabajo de Holman. En este punto hay dos versiones: una habla de la noche del 27 de noviembre de 1944, momento en el que Meier y el oficial Ed Schleuter reportaban el avistamiento de lo que parecía una bola roja de fuego que perseguía a los aviones junto a una gran variedad de maniobras a alta velocidad. Esta teoría explica que Meier, quién tenía en ese momento una copia de la tira cómica en el bolsillo, la sacó y la estrelló en el escritorio diciendo: “Estos han sido esos malditos Foo Fighters”.

La segunda versión que habla de la primera referencia a los Foo Fighter nos lleva de nuevo a Meier, aunque unos meses antes. Un 13 de febrero de 1944 en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (SHAEF) en París enviaba a los medios de comunicación una nota de prensa que hacía referencia por primera vez a la aparición de una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental.

En cualquier caso en ambas citas se trataba de la misma alerta. Los aviadores de Estados Unidos (los primeros con los cazas nocturnos Northrop P-61 Black Widow) intentaban describir una clase de bolas, esferas luminosas que encontraban volando sobre Alemania en la noche. La descripción que hacían era la de unos objetos brillantes, algunos pilotos los describían como luces capaces de realizar giros extremadamente violentos antes de desaparecer del plano. Lo curioso es que en estas primeras informaciones hablaban de objetos que volaban en formación a los aviones aliados y que se comportaban como si estuvieran bajo algún tipo de control inteligente, aunque en ningún caso mostraron un comportamiento hostil.

Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate


El fenómeno se extendió de tal forma que los militares los tomaron muy en serio, momento en el que comenzaron las primeras teorías que hablaban de posibles armas secretas alemanas (algo que el propio tiempo ha acabado tirando por tierra, ya que existieron otras investigaciones que revelaban que, por ejemplo, los pilotos alemanes y japoneses habían reportado objetos similares).

Antes de acabar ese año, el 13 de diciembre de 1944, SHAEF volvía a lanzar un comunicado que aparecería en el New York Times el día después, una carta donde se describía oficialmente el fenómeno como una “nueva arma alemana”. Tras el NYT la noticia se extendería por otros grandes medios de la época como el New York Herald Tribune o el Daily Telegraph. Siguiendo la línea de los medios de comunicación, al año siguiente, el 15 de enero de 1945, era la revista Time la que llevaba por primera vez la historia de los Foo Fighter. En el interior de la prestigiosa revista se informaba de las extrañas “bolas de fuego” que habían estado siguiendo a los cazas nocturnos. La misma Time, a través de las declaraciones de varios pilotos, explicaba que se tenía la conciencia entre los combatientes de que el fenómeno eran misteriosas luces de persecución a alta velocidad.

Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate

Llegados a este punto, ¿qué eran realmente estos fenómenos avistados? Con el tiempo se ha dado paso a intentos explicativos con coherencia basados en hechos. Por ejemplo, ya en 1945 aparecían las primeras explicaciones científicas sobre lo que estaba ocurriendo. Se ofrecían dos versiones: la posibilidad de que estos avistamientos eran una ilusión causada probablemente por el deslumbramiento por las ráfagas de fuego antiaéreo, o bien se sugería que se debía a un tipo de descarga eléctrica de las alas de los aeroplanos (semejante al fuego de San Telmo). Otras de las explicaciones oficiales en la época, llena de sentido común, venía a decir que estos avistamientos tenían que ver con la situación. Los pilotos podrían sufrir alucinaciones provocadas por el propio cansancio extremo en el fragor de la batalla.

El historiador y periodista Jesús Hernández (autor del libro Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial), explicaba hace unos años para el diario ABC su versión sobre el fenómeno de las extrañas esferas y la relación con el posible cansancio de los pilotos:

Entra dentro de la lógica que en un número tan enormemente alto de misiones se produjeran todo tipo de hechos sorprendentes. Cualquier reflejo o chispa producida por la electricidad estática del aparato, sumado al cansancio acumulado tras horas de navegación aérea con el temor a la aparición repentina de un caza alemán y, no lo olvidemos, todo ello sucediendo de noche, podía dar como resultado la visión de un fenómeno tan singular como un Foo Fighter.
Con todo, hay dos hechos fundamentales que nos indican que los Foo Fighter jamás fueron esas armas secretas de los alemanes con las que ganar la guerra. La primera de ellas es que este tipo de “efectos” de luz se han dado y reportado en otros puntos del planeta. La segunda y quizá más importante, ninguno de estos objetos o fenómenos llegó a atacar jamás a un avión aliado, lo que no sólo pone en duda que fuera algún tipo de arma, sino la propia naturaleza y realidad de estos fenómenos en el cielo.

















Fuente:http://es.gizmodo.com/foo-fighters-el-batallon-de-ovnis-nazi-que-jamas-entro-1747052200

Foto portada: Andrea Crisante / Shutterstock

domingo, 13 de diciembre de 2015

TECNOLOGÍAS PERDIDAS EN EL ANTIGUO EGIPTO

EGIPTO DIORITA

CIVILIZACIONES DESAPARECIDAS

No se trata de teorías. Existen pruebas irrefutables de que a comienzos del III milenio a. C. La cultura del Nilo disponía de un saber técnico muy superior al que los egiptólogos están dispuestos a reconocer. Muchas de las piezas provenientes de esta época que hoy se exhiben en el Museo de El Cairo sólo pueden ser la obra de una civilización que conocía las máquinas-herramienta.
EGIPTO DIORITA
Muchas manufacturas de granito o de diorita halladas en excavaciones arqueológicas de Egipto, provenientes de época predinástica y dinástica, no han logrado clasificarse hasta ahora. El refinamiento y la precisión de tales obras no sólo presupone, sino que implica necesariamente la utilización de una tecnología avanzada.

El ingeniero aeroespacial Christopher Dunn ha destacado cómo sus análisis de los rastros de perforación en el granito de Giza indican que sus creadores han recurrido al empleo de un torno, o incluso a una especie de taladradora que pudo actuar mediante ultrasonidos, para trabajar algunos materiales muy duros, como el granito y la diorita.

Las inequívocas señales de la contrapunta y el cabezal, detectables en el fondo de las vasijas de diorita conservadas hoy en el Museo de El Cairo, revelan una labor de torneado y fresado que sólo posible con el uso de maquinaria de la cual no ha quedado ningún rastro. Cuando hablamos de huellas no nos referimos sólo a las físicas –restos o trozos de maquinaria–, sino también a las descriptivas o pictográficas. Aunque aparecen imágenes de taladradoras, no es posible deducir de ellas que no fuesen sólo manuales.

OBJETOS DE ESQUISTO Y DIORITA

Intentemos analizar en detalle algunas de estas piezas. Para ello debemos responder a la pregunta de cómo conseguiríamos los mismos resultados, teniendo a nuestra disposición la misma materia prima que ellos emplearon y la tecnología actual. En las numerosos excavaciones realizadas en tierra egipcia, uno de los hallazgos más enigmáticos, relativo a una forma de tecnología desconocida, es el «plato de esquisto», descubierto en 1931 en una tumba de la I Dinastía (3100 a.C) y que hoy se conserva en el Museo del Cairo. Según los egiptólogos, en aquella época los egipcios todavía no conocían la tecnología de la rueda. Sin embargo, este plato es una rueda inequívoca, hallada en una tumba tan antigua que echa por tierra las especulaciones de la egiptología oficial. Para muchos investigadores heterodoxos, el extraño objeto es una copia de un «original» en metal, acaso una polea que pudo pertenecer a un torno o a una máquina de cortar.

Cuando se habla de torno o de corte de la piedra no podemos menos que mencionar algunos objetos que presentan señales claras de haber sido trabajados con máquinas. La sala inferior del Museo del Cairo expone un plato de alabastro de época predinástica (IV milenio a.C.), realizado en círculos concéntricos. Un objeto con este diseño, además de presentar una increíble perfección en su realización, muestra en la superficie las huellas circulares de una punta que ha excavado la piedra, exactamente como lo haría un torno moderno.

En el caso de los recipientes de diorita las evidencias de una tecnología plantean incluso mayores interrogantes. Basándose en los motivos de los relieves de la tumba de Mereruka (VI Dinastía) en Saqqara, los egiptólogos han afirmado que los antiguos egipcios hacían los recipientes de diorita con una especie de perforadora de cobre, constituida por un tronco metálico bifurcado en su parte inferior y con dos bolsas de cuero llenas de arena en la parte superior.

Al girar, la punta bifurcada de cobre grabaría la cavidad en el recipiente de diorita, ayudada por el contrapeso de las dos bolsas de cuero llenas de arena. No obstante, el conocido egiptólogo Walter Emery, director de las excavaciones en Saqqara en la década de 1930, declaró que tal sistema era inadecuado para efectuar un trabajo de esta naturaleza, tanto por la imposibilidad de que el cobre perforara la diorita como por la forma de estos recipientes, muchos de ellos perfectamente redondos y otros «panzudos».

De hecho, cuando se quiso replicar dicho sistema con un aparato igual, el trabajo distó mucho de ser tan preciso como el que se aprecia en las piezas predinásticas. Incluso hoy sigue en pie el enigma de cómo los antiguos egipcios lograron fabricar esos objetos, perfectamente pulidos y lustrosos tanto por fuera como en su interior, a pesar de que muchos de ellos presenten una boca pequeña y un cuello demasiado estrecho. La única forma de conseguir esos efectos sería que utilizaran taladros, fabricados con un material que no podía ser el cobre. Pero la mentalidad conservadora se niega a aceptar que aquella cultura dispusiera de esta tecnología. ¿Cómo asumir que la emplearan si ni siquiera se les concede el conocimiento del principio de la rueda?

¿UNA BOMBA HIDRÁULICA?

Un elemento posterior de difícil catalogación, hallado en Dehyr El Bahari, cerca de Luxor, y también conservado en el Museo del Cairo, es un instrumento que se remonta a la XI Dinastía y está formado por cuatro aletas en forma de cruz, con un orificio central (como el plato de esquisto), que probablemente debía servir para fijar ese utensilio sobre un eje o perno. Con 12 cm de largo y 8 de alto, sin duda se trata de un objeto que tenía una función «tecnológica». No es difícil suponer que debía girar sobre un eje principal como lo haría una moderna rueda dentada. El ingeniero egipcio Dawoud Khalil Messiha afirma que se trata de los restos de una bomba hidráulica.

Más evidencias se obtienen de la ingeniería egipcia. Para entender mejor lo que esta civilización había logrado ya en la III y IV Dinastía –2700 a.C.– 2480 a.C–, vamos a estudiar las diferentes fases de trabajo en la piedra para construir las pirámides, contrastándolas la documentación disponible. En lo que respecta al material empleado (granito), podemos comparar su trabajo con el realizado durante el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando se utilizó una tecnología «en fase de desarrollo» muy similar a la hipotéticamente empleada por los egipcios hace más de 4.500 años. Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, el mármol y el granito se extraían con una técnica que, por su complejidad, comportaba una larga y esmerada preparación. La pared de roca era triturada, dividiéndose en bloques de diversas dimensiones. Antes de retirar el bloque de la pared de roca, era necesario liberarlo de la parte que quedaba inservible por la alteración superficial. El excavador tenía que examinar el mármol de cerca, separándolo de las secciones inservibles y, para hacerlo, debía descender poco a poco, atado a una cuerda. También los antiguos egipcios pudieron realizar la misma operación. A continuación, en el siglo XIX entraban en escena otros trabajadores con el «hilo helicoidal», un dispositivo para el corte de la roca, constituido por una cuerda de tres hilos de acero envueltos en forma de hélice y con una longitud variable, que podía alcanzar los 1200-1500 m de longitud para los grandes cortes.

En una hora, el hilo podía cortar, como media, 60 m cúbicos de roca. Este hilo helicoidal se hacía funcionar a una velocidad de 5/6 m por segundo y el corte del bloque era facilitado por una mezcla abrasiva de agua y arena silícea. Ahora bien, sabemos que los excavadores egipcios insertaban en las hendiduras de la roca palos de madera de diferentes medidas, que iban mojando. La madera, al hincharse, rompía la roca. Probablemente también utilizaban una especie de «hilo helicoidal», aunque no fuese de acero, sino fabricado con una fuerte cuerda de cáñamo amasada con una pasta formada con aceite y arena silícea.

Quizás el plato de esquisto antes mencionado era parte integrante de un sistema de dicho «hilo helicoidal». Pero en este punto surge un enigma considerable. Actualmente el hilo de diamante permite cortar bloques de roca a una velocidad increíble: si entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, para hacer un corte se necesitaba un mes y medio, hoy el mismo corte se consigue en tres o cuatro días. El hilo de diamante es como un collar de perlas. Los diamantes artificiales se insertan en el cable, separados unos de otros por pequeños muelles.

A continuación entraban en escena los «recuadradores», que al son de cincel y martillo buscaban dar al bloque de roca una forma cuadrada. En tiempos de Miguel Ángel, para trasladar de la cantera al valle los bloques de mármol, se los hacía rodar. Este método, dado su peligrosidad, fue sustituido por otro que consistía en ponerlos sobre una especie de trineo hecho con troncos de haya o de encina que facilitaban el rodamiento sin tanto riesgo.

Con este método se agrupaba a varios bloques de mármol unidos con fuertes cuerdas de cáñamo, que servían también para hacer bajar toda la carga junta, tarea en la cual participaban varios hombres y que no estaba exenta de peligro. Delante de todos iba el jefe, cuyo cometido era el de dirigir el descenso. Él era quien disponía los «paramentos» en el terreno y quien daba la señal para aflojar o estrechar las cuerdas en el momento justo. Los paramentos eran robustos ases de leño, dispuestos a medida que la carga descendía, para permitirle deslizarse sin encontrar obstáculos. El trabajo acababa en el momento en que la carga llegaba a la «cima», nombre dado al lugar donde se quitaban las cuerdas a los bloques y se cargaban en carros tirados por bueyes.

Todo eso podría ser muy parecido al procedimiento empleado por la civilización del Nilo hace más de 4.500 años. Creo que esta técnica fue utilizada por los egipcios en dos ocasiones: en la fase que acabo de describir, inmediatamente después de la cuadratura del bloque, y en el momento final del transporte al sitio de la construcción.

En la fase intermedia del transporte desde la cantera –en lo que respecta al granito de Assuan, distante una media de 800 km de Giza–, seguramente se usaban bueyes para el transporte de los bloques sobre trineos ya que, según la egiptología clásica, ellos no conocían la «rueda» y, por lo tanto, tampoco el carro. Otra posibilidad era transportar la la carga sobre fuertes embarcaciones a lo largo del Nilo.

Todo lo expuesto plantea interrogantes, No debemos olvidar en absoluto el grado de precisión de los constructores de las pirámides. La Gran Pirámide tiene 147 m de altura, con lados de 231 m, y está construida con 2,5 millones de bloques de piedra o, como mínimo, por unas 750.000, si se acepta el cálculo de Zahi Hawass. Tenemos un peso medio de más de 12 toneladas cada bloque y una masa de 2.633.000 m cúbicos, con un peso total de 7 millones de toneladas. ¿Pudo construirse esta pirámide sólo en los 23 años de reinado del faraón Khufu (Keops), cuando para cortar sólo una docena de bloques a principios de 1900 se necesitaban casi dos meses, excluyendo la cuadratura, el transporte, el pulido y la colocación?

CULTURA IGNORADA

Un cálculo elemental nos indica que sólo para el corte –y naturalmente realizado con hilo helicoidal de acero o de diamante–, a comienzos del siglo pasado se habrían necesitado 18 años, sólo para obtener los bloques de granito no recuadrados. La civilización egipcia, que carecía de estos materiales para el corte, habría necesitado el doble de tiempo, es decir, cerca de 36 años. En lo referente al pulido y la colocación –la parte más compleja– se hace difícil el cálculo, ya que los meses del año útiles para la construcción eran sólo cuatro.

Estos datos nos llevan inevitablemente a preguntarnos: ¿es posible que la pirámide de Giza sea el producto de una civilización en sus albores? ¿O su increíble ingeniería exige un conocimiento y una tecnología maduros que implican un largo desarrollo previo? ¿Estamos ante un legado superior perteneciente a una cultura desconocida?
Verifiquemos en algún escrito de la época, la hipótesis según la cual las pirámides y la Esfinge estaban allí mucho tiempo antes de la civilización egipcia «conocida». Sobre la Esfinge es bien conocido el dictamen científico de John Anthony West y Robert Schoch, quienes han declarado que la edad de este monumento está muy lejos de haber sido demostrada y que las investigaciones de los rastros que las lluvias torrenciales dejaron en la piedra permiten datarla en una época muy anterior al III milenio a.C.

Menos conocida es una fuente que hace referencia a la Gran Pirámide de Giza como a un templo erigido antes del reinado de Keops. La prueba de que la Gran Pirámide ya existía entonces se encuentra en un obelisco calcáreo descubierto por Auguste Mariette a mediados del siglo XIX, entre las ruinas del templo de Isis, junto a la Gran Pirámide. La inscripción del obelisco indica que fue un monumento «autocelebrativo» para conmemorar la reconstrucción o rehabilitación del templo de Isis, ordenada por Keops, que también incluyó la restauración de las imágenes y de los símbolos de las divinidades, que él mismo había descubierto en el interior de ese templo en ruinas.

Después de una invocación a Horus y al augurio de larga vida para el rey, siguen los versos que nos interesan. La inscripción afirma: «Viva Horus Mezdau; al rey del Alto y del Bajo Egipto, a Khufu es dada la vida. Él fundó la casa de Isis, Señora de la Pirámide, junto a la casa de la Esfinge». Este obelisco (que hoy se halla en el Museo del Cairo) sugiere que la Gran Pirámide estaba ya allí cuando Keops reconstruyó el templo de Isis, puesto que la diosa es definida como la «Señora de la Pirámide». También la Esfinge, atribuida a Kefren, ya estaba allí donde la vemos aún hoy y la inscripción individualiza con precisión su posición. En esta inscripción, Keops afirma haber construido una pirámide para la princesa Henutsen «junto al templo de la Diosa». Los arqueólogos han hallado pruebas que lo confirman: la más meridional de las tres pirámides menores construidas junto a la Gran Pirámide, o sea la más próxima al templo de Isis, estaba dedicada a Henutsen, una esposa de Keops. Y éste afirma haber construido una sola pirámide, la de la princesa, y que la Gran Pirámide estaba dedicada a Isis, cuyo templo en ruinas ordenó reconstruir. No es posible que, en una inscripción tan detallada de la rehabilitación del antiguo templo de la «Señora de la Pirámide», Keops omitiera la constancia de que ésta había sido construida por él para honrar a la diosa.

Los objetos y las obras de ingeniería descritos podrían sugerir la existencia de una civilización muy avanzada en un periodo impreciso, hace unos 15.000 a 20.000 años, presumiblemente desaparecida después de un cataclismo que causó su destrucción y la «diáspora» de sus supervivientes.

Naturalmente el término «avanzada» se mide en base a nuestra civilización tecnológica. El término yuga significa «edad» y hace referencia a la doctrina hindú, según la cual la Humanidad se encuentra en este planeta desde hace mucho más tiempo de lo que la ciencia occidental está dispuesta a admitir. Esta misteriosa civilización, tan obstinadamente negada por la arqueología clásica, podría haber tenido una evolución de miles de años de duración. No puede excluirse que su ciencia hubiese tenido una evolución distinta y una tecnología que incluyera el empleo de unos medios y métodos diferentes de los actuales, o que dispusiese de una capacidad mayor recurriendo a fuerzas y energías disponibles en la naturaleza, como el electromagnetismo o las frecuencias sonoras, al menos para ciertos fines. En cualquier caso, algunos vestigios de dicha civilización pervivieron y dejaron esas huellas en muchas maravillas del mundo antiguo.




























Fuente:http://www.xn--revistaaocero-pkb.com/secciones/civilizaciones-desaparecidas/tecnologias-perdidas-antiguo-egipto

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