lunes, 13 de julio de 2015

La misteriosa historia del Boeing 747 «embrujado» de Aerolíneas Argentinas


A lo largo de nuestra vida todos hemos escuchado alguna historia sobre casas embrujadas, en las que se escuchan ruidos inexplicables o es posible ver apariciones de algunos de sus antiguos moradores. Que este tipo de cosas ocurran en un avión, parece mucho más extraño.

Según revela el blog «Asturias en el Mundo», precisamente eso es lo que sucede en un viejo Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas, cuya historia parece estar ligada a la de una azafata fallecida.

Todo comenzó cuando a una tripulante de cabina, gran apasionada de su profesión, le diagnosticaron una enfermedad terminal. Consciente de que iba a fallecer, la joven se las ingenió para pasar sus últimas jornadas de trabajo a bordo del Boeing 747 con matrícula LV-MLO, una aeronave por la que sentía gran cariño.

Horas después realizar el que iba a ser el último vuelo de su carrera, la azafata falleció y comenzó la leyenda de este avión, que ya era conocido como el «MALO», debido a una deformación de las tres últimas siglas de su matrícula.

Pocas semanas después de la muerte de la mujer, mientras el veterano Jumbo se sometía a una revisión -había volado por primera vez el 8 de diciembre de 1978 y se había incorporado a la flota de Aerolíneas el 13 de enero del año siguiente-, dos mecánicos aseguraron que se les había aparecido una figura muy borrosa y transparente mientras trabajaban en la bodega trasera de carga.

El espectro de la azafata volvió a hacer acto de presencia poco tiempo después ante el personal de limpieza. Varios trabajadores estaban acondicionando la cabina superior y escucharon ruidos en la sección de primera clase. Uno de ellos bajó por la escalera y en la mitad del pasillo vio una figura humana con el uniforme de azafata de la empresa.


En el año 2000, durante una escala del «MALO» en Barajas, un par de mecánicos de Air Plus huyeron de la aeronave, asustados por la presencia de un ente que se encontraba en la cabina de pasajeros. Poco tiempo después de este incidente la compañía decidió dar de baja al aparato y a mediados de 2001 fue estacionado en el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires para servir como fuente de piezas de repuesto para otros aviones de la compañía.

Sin embargo, este no fue el fin de los misteriosos sucesos en esta nave encantada. Al poco de ser retirado del servicio, cinco técnicos comenzaron a desmontar los motores. En el momento en que empezaron a trabajar, se escucharon fuertes ruidos dentro de la bodega delantera. La revisaron y no encontraron nada.

Cuando volvieron a la actividad, los ruidos procedentes de la cabina comenzaron de nuevo. Parecía que alguien trataba de impedir que el avión fuera desguazado. Usando una grúa para mirar a través de las ventanillas, ya que las puertas se encontraban cerradas, descubrieron una azafata caminando por el pasillo contrario a las ventanillas. Esta vez la aeronave fue revisada por completo, pero allí no había nadie.

Más de diez años después de estos sucesos, el «MALO», se encuentra varado y en estado de abandono. Hasta el momento, nadie se ha atrevido a desguazarlo por completo, quizá por miedo a encontrarse con el fantasma de la azafata que decidió pasar la eternidad a bordo de su aeronave preferida.



























Fuente:http://www.abc.es/medios-redes/20121221/abci-aerolineas-argentinas-fantasma-azafata-201212210921.html

domingo, 12 de julio de 2015

¿Qué le pasó a Lorena Dvorak Cordini?

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El detalle del alien con cabeza achatada y forma de calabaza es inusual en la historia del fenómeno.
Hoy  vamos a estudiar un interesante caso ocurrido al norte de la localidad de Edwards, California en verano de 1971. Aquí tenemos una desconcertante e historia de la que apenas se ha publicado nunca y que tiene elementos propios de una película de Hollywood. La testigo que narra su historia se llama Debbie Clayton, una mujer que se encontraba en su casa de las afueras de la mencionada localidad y que de madrugada de repente escucha un sonido rugiente en el exterior de su casa, acompañado de un fuerte estruendo. Algo había caido del cielo. Alborotada, decidió acercarse a ver qué era aquello y se encontró en un camino de tierra en el que atisbó una gran nube de humo a varias decenas de metros de distancia. Allí se fue acercando, temerosa de que hubiese sido un avión y se produjese una explosión. Nada más lejos de la realidad.

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La presencia de los grises es desconcertante en gran parte de estos incidentes
Según Clayton, cuando llegó se encontró con varias personas estudiando los restos de algo que había caido del cielo. La falta de visibilidad era notable, pero le sorprendió que aquellas personas se hubiesen personado allí tan rápido. Estaban mirando un objeto accidentado sin ventanas ni muestras de soldadura, realizado, como hemos visto en infinidad de casos ovni de una sola pieza. La mujer pudo tocar el material del que estaba hecho y se encontró con una textura suave. Pocos segundos después las personas que estaban allí levantaron la vista. El ejército de los Estados Unidos entró allí de forma agresiva con jeeps y todoterrenos para controlar la zona. Llevaban armas. A Debbie Clayton no le pareció ningún simulacro. Tuvo miedo. Lo primero que hicieron fue quitarle la cámara a una de las personas que acompañaban a Debbie en la escena que resultaron ser también lugareños y vecinos. Los militares parecían nerviosos. El que cogió la cámara no retiró la película, directamente estampó la cámara contra el suelo.
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Los incidentes de "ufo crash" son más frecuentes de lo que en un principio podría pensarse.
Debbie cogía todos los detalles que podía. La nave parecía estar rayada en su parte inferior. Era de color gris opaco y aún tenía unas curiosas luces de color verde. Tenía forma de hongo (de forma similar al incidente Tuscumbia) y medía 5 metros de diámetro y 2 metros de altura. Debbie observó con horror cómo entre los restos de aquel objeto también se encontraban tres pequeños humanoides y de hecho, uno parecía seguir vivo. Entre ellos observó de forma única en la historia de los testimonios ovni la presencia de una mujer. Parecía que también se encontraba a bordo cuando se había producido el accidente. Y estaba viva. Tenía un traje ajustado de color rosa. Y parecía tener un gran dolor en su cuerpo por el accidente. No decía nada.
Los seres eran pequeños, con descripciones similares a los famosos grises de la historia de la ufología. La mujer se sentía aturdida, confundida y completamente desorientada. Debbie observó cómo los militares tomaron a la mujer del brazo y la introdujeron directamente en una limusina negra que había hecho irrupción en la escena instantes antes. La testigo no podía creer lo que estaba pasando, hacía solo unos minutos que se encontraba plácidamente en su casa y ahora estaba protagonizando prácticamente una escena de la película Encuentros en la tercera fase. Acto seguido,los militares trataron de evacuar la zona mientras diferentes equipos desplazados a la zona levantaban con cables el objeto y lo conectaban a una lona. Según Anton Anfalov, el investigador principal de este caso que habría tenido contacto directo con la mujer aparecida, tanto ella como el objeto habrían sido trasladados a la Base Aérea Edwards situada entre los condados de Kern y Los Angeles.
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La base Edwards, escenario de varios incidentes de recogida de ovnis en la historia de los EE.UU.
Por si fuera suficientemente sugerente la historia, Anfalov expone que la mujer se llamaba Lorena Dvorak Cordini y que había sobrevivido a una serie de sesiones de hipnosis por parte de los altos estamentos de los Estados Unidos a través del uso de sofisticadas drogas. Supuestamente abducida y en su viaje de regreso a la tierra, esta mujer aseguraba que en ocasiones podía llegar a comunicarse telepáticamente con algunos de los seres con los que había interaccionado. Esta parte de la historia es clásica en los encuentros del cuarto tipo. Según la señora Dvorak, el primer recuerdo vívido que tiene tras el accidente es encontrarse en una fría camilla de metal en un inmenso hangar rodeada de militares de diferentes rangos. En una camilla adyacente se encontraba otro ser, el cual, Dvorak describe con una cabeza achatada sin relación con los seres que habrían sido protagonistas de su abducción.
La historia de Dvorak concluye con una abrupta salida del hangar tras un extenso interrogatorio y un billete de autobús hasta San Francisco en donde había residido toda la vida. Hasta aquí la odisea de esta historia absolutamente desconocida y de la cual jamás salió nada en los periódicos. Un posible accidente de un ovni producido en 1971 muchos años después de lo de Roswell.
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 La presencia de militares es habitual en este tipo de incidentes.
Podemos creer el testimonio o no, pero lo cierto es que este incidente narrado por Anton Anfalov nos permite formular varias preguntas: ¿Si existiese otro caso Roswell, no estaría el ejército mucho más preparado para realizar un control total y absoluto de la información? De haber tantos casos registrados de abducción como aseguran diversas fuentes, ¿sería posible que alguno de esos objetos con tripulantes abducidos llegase a estrellarse? ¿Qué papel juegan una vez más esas limusinas negras asociadas al siempre interesante tema de los hombres de negro? ¿Conocerían de antemano algo así y se habrían presentado en la zona a esa velocidad? Un caso fantástico en cualquier caso que hoy os traemos en ufopolis y que por la naturaleza del objeto nos recuerda, como decíamos al caso Tuscumbia del que hicimos este curioso vídeo que exponemos a continuación. Esperamos que el programa sea de su interés.








Fuente:http://www.ufopolis.com/2015/06/que-le-paso-a-lorena-dvorak-cordini/

5 HISTORICOS ENGAÑOS PARANORMALES | La Mentira Está Afuera.